miércoles, 5 de marzo de 2008

A Me…


“Media Verónica está rota,
No tiene muchos años
Pero le hicieron daño”

Andrés Calamaro


Lo había intentado tantas veces que, aquella vez que parecía -definitivamente- la última, (más por cansancio que por verdadera resignación) se sentó y esperó a que sucediera. Estaba decidida pero eso no quitó que sintiera ardiente la mano ladrona que le arrancaba con furia su otra mitad. Sintió por su cuerpo los pasitos de ese delincuente que huía con su mitad de vida.

El tiempo de los intentos había pasado, y la había dejado tan despojada, tan quebrantada, y con tantos sueños incumplidos que ella misma ayudó a esa mano afilada a escarbar aún más adentro, y la ayudó a lanzar un corte certero justo ahí, cerquita del alma. “Para que rearmarme valga la pena”, susurraba.

Quedar así, de cortadita por la mitad, sería su nueva condición. No era que no lo supiera antes, pero ahora lo asumía. Intentó caminar con su nueva forma pero no logró sostenerse en pie. “Lentamente”, se decía y, y con dolores que recorrían desde su media cabeza hasta su medio pie, comenzó a incorporarse. Con cautela, con temor, con desconfianza.

A los primeros pasitos doloridos, se sumaban caminos más largos. Mientras ella, con la mitad de su ser, daba enteras las sonrisas que no podía dejar de regalar. Se acostumbraba a su nueva forma. Con el tiempo, había aprendido a bailar así, como mujer a medias, a caminar, a abrazar, pero su abrazo no era a medios sino entero porque de puro sincero y esperanzado no se rompía.

Claro que a veces extrañaba a su otra mitad. Le faltaba, pero la idiota y desperdigada, lo intentaba nuevamente. Se ponía de pie, porque descubrió un día que su otra parte no estaba donde ella siempre creyó, sino en otro lugar. Uno desconocido, extraño quizás lejano. Y con una sonrisa en su medio labio, caminó cortadita hacia su calle entera.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Señorita, como dije, no me cuadra...

Unknown dijo...

Y eso que cuadrado, soy...

Anónimo dijo...

Qué difícil caminar es cuando tenemos la mitad de nuestros sentidos extraviados... Pero, qué lindo decidir continuar, incluso así, a medias o a me...